Clamó el internet:
El juego de la vida es en realidad un juego de cero jugadores.
Pensó el veraneante:
Ojalá se moviera y me dejara ver el sol.
Dijo el antitusivo:
En pacientes sensibles puede observarse visión borrosa.
Opinaron las voces de mi cabeza: La única diferencia entre el fracaso y el éxito es que la frustración aparejada a este último es, además, aburrida.
El niño, al viajar solo por primera vez: Ochenta, por favor.
Recitó el japonés que se sabía 83.431 decimales del número pi:
3 141 5926
Y como de repente se dio cuenta de que había encontrado lo que buscaba en tamaño largor de cifra, redondeó y preguntó si alguien le facilitaba un cospel telefónico.